20.12.11

Un 10 no es solo una nota.

Qué mes señoresssss, estamos que explotamos de felicidad porque finalmente mis hijos terminaron la escuela. Que gran descanzo escolar se viene, no solo para ellos, sino para mí!!!

No se, a veces lo cuento y sueno como loca, pero como me hinchan las cuestiones escolares. Estar atrás haciendo que estudien. Es un desgaste. Tal vez soy yo que no estoy acostumbrada y que no recuerdo que mi vieja haya tenido que estarme tan atrás. O tal vez este sistema educativo que a veces yo no lo entiendo...tampoco entiendo a otros padres... Me catalogan de exigente porque nunca pienso que la tarea sea mucha ni que pobrecitos...
Para mi están en el momento indicado de ejercitar ese músculo llamado cerebro, si no se lo prepara desde ahora, que puedo pedir para su futuro? Es un músculo SEÑORES!! y si no se usa se atrofia 'ta bien???
Y yo no quiero eso para ellos.

No quiero que en su adolescencia entren en la etapa de la nada, donde no existe ningún tipo de motivación por su propio futuro.
Y si, es más de una oportunidad he dicho: quiero un 10 para este examen! y me miraron raro.
Pero porque no pedirle a alguien que aspire a su mejor nota, si tiene todas las posibilidades de obtenerlas?
Porque no?.(Soy su madre, se que no tiene problemas de alimentacion ni preocupaciones que los atormenten, no tiene problemas de salud ni problemas de aprendizaje.)

Por supuesto que no me ofendo ni nada si no viene un  10 a casa, pero se que hacen el esfuerzo. Y eso es lo que quiero que aprendan, a hacer algo y dar lo mejor. Que no se queden con lo mínimo. Hacer las cosas con ganas.
La vida transcurre en eso, en hacer cada acción cotidiana con lo mejor de uno, con todas tus ganas. De ese modo se llena la línea de la vida y al mirar atrás uno mira y dice:- fuuuuuaaaaaaaaaaaaaa mirá todo lo que logré!!!!

Al padre que me dice: no pobrecito es mucho para estudiar...le explico: No estoy pidiendo un 10 para hoy, estoy marcando el camino para que puedan obtener lo que se propongan en la vida

Saben lo que se siente que alguien de casi 7 años salga corriendo con una sonrisa enorme gritando: maaaaaaa pase de grado!!! Paseeeeeeeé. Ver su propio orgullo en cada estrella de sus ojos, saber que era su logro y que lo estaba saboreando...Eso no tiene nombre.

Ese momento pagó las renegadas de la tarde, mis levantadas una hora antes para repasar con el desayuno calentito, mis pérdidas de paciencia porque obviamente no soy docente y es difícil de explicar ciertas cosas. Todo todo absolutamente quedo saldado con esa sonrisa reluciente.