9.11.11

Abuela Estrella

Despúes de un día larrrrrgo, decido dejar la computadora y poner mi mente en automático con un poco de orden en el hogar. Lave los platos, ordene la mesada y junte la basura.

Agarro las llaves y las bolsas, abro la puerta y cuando la estaba cerrando escucho:
Uma -Adonde vas?
Tomi -Mamáaaa adonde vas?
-A sacara basuraaaaaa!
Uma-Yo voy esperame!
Tomi-Yo tambien!!!

Y ahi salieron a los empujones, dejando la puerta en estado calesitero...
Salieron ejectados, corriendo por el pasillito una carrera hacia el portón, y yo detras caminando lento lento como caracol.

Los alcanzo al llegar al playón y Uma pega un grito mezcla de alegría y sorpresa:
-La abuelaaaaaaaaaaaaa!!!!
-Tomi miró a la hermana, levantó la cabeza preguntando donde??? donde?
-Ahí Tom!! ahi (señalando con su manito el infinito manto de estrellas)
-Donde Uma!!!???
-Ahi !! la estrella! essa la más grande! La vez? esa ahi!!! Hola Abuela!!!!
-Ahhhhhh si!!!! Hola Abuela!!!! Como estas!!!!!!?? Que lindo verte.

Miré el cielo, seguí sus miradas...una estrella enorme, brillosa y titilante despegaba su presencia de las otras.

Siguieron caminado, abrazados hacia la puerta, y escucho que Tomi le dice a su hermana bajito:
-Hoy es un día memorable Uma, recordá el 3 de noviembre volvimos a ver a la abuela.

Volvieron a casa cantando felices con una sonrisa en la cara. Yo volvi caminando lento, pensando en ella con los ojos húmedos y un no se que en la garganta.
Me pregunte si será realmente asi,  ese el origen de tantas en nuestro cielo? que al morir uno se convierte en estrella...

Mi mente se fue a Galeano y su poema "Fuegos" y pensé porque no?
Tal vez todos en algún momento de nuestra vida somos una estrella.






Fuegos
Eduardo Galeano
Cada persona brilla con luz propia
entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos
y fuegos de todos colores.
Hay gente de fuego sereno
que ni se entera del viento,
y gente de fuego loco
que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos
no alumbran ni queman;
pero otros arden la vida con tantas ganas
que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca, se enciende.
De "El libro de los abrazos"